Asegúrate de que tus hijos te vean por lo menos UNA VEZ AL DÍA:


DAR LAS GRACIAS a quien te ayuda a meter tus cosas en las bolsas de la compra, a quien
te lleva lo que ordenaste en el restaurante, a quien te dio el paso mientras conducías, a
quien te sujetó la puerta para que pasaras y a otras personas que simplemente te
ayudaron en algo.


SALUDAR; dar los buenos días, tardes o noches cuando vas a hablar con alguien por
primera vez en el día, a algún “extraño” en la parada del autobús o en el metro, que es
“extraño” porque no le conoces de nada, aunque coincide contigo todos los días en algún
momento de tu rutina.


RECOGER “un papel” del suelo que se “cruza en tu camino” y depositarlo en el
contenedor de basura adecuado.


QUE TE INTERESAS de manera genuina por cómo les fue en su día, Y CONVERSAR con
ellos/as.


COLOCAR en su sitio, tus zapatos y tu abrigo cuando llegas a casa y te los quitas.


PONER las llaves de casa y del coche en el lugar destinado para ellas.


COMER CON GUSTO frutas y verduras.


LEER algunas páginas de un libro.


LIMPIAR, si has ensuciado.


BEBER AGUA.


SONREÍR


REÍR


Y, aunque no tengas hijos/as, asegúrate de hacerlo….. por ti.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta