“Especial coronavirus”

¿Que nos quiere decir esta pandemia? Te invito a hacer un análisis, desde otra perspectiva, de lo que está pasando actualmente en el mundo (Marzo, …. 2020).

Para comenzar te pediría que evoques y traigas a tu mente alguna imagen, que seguramente has visto antes, a través de los medios: el océano contaminado, peces nadando entre plástico, tortugas y otras especies atrapadas entre diversos desechos.

O, sencillamente en tus paseos por la playa; bolsas, colillas de cigarro, vasos de plástico, pañales, etcétera. En tus paseos por la calle; toda clase de envoltorios por el suelo, colillas de cigarros, manchas de orina, manchas de saliva, heces de perro.


“El agua es a lo peces lo que el aire es a los humanos”.

¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué no entendemos?

Hagamos un viaje de lo general a lo particular ¿Que hemos hecho con el aire? Contaminarlo en un sin fin de maneras; combustión, coches, fábricas, polvo, heces, etcétera. Identifica como ha sido tu andar por este nuestro, tú planeta. Podrías decir que ¿SIEMPRE has depositado la basura en el lugar adecuado?, si fumas, ¿no has tirado al suelo ninguna colilla al suelo? Si tienes perro, ¿recoges siempre sus heces?

Me parece que tenemos delante una maravillosa y gran oportunidad de dar un giro a todo esto y convertirnos en agentes activos. El primer paso para poder hacer esto es despedirnos de la indiferencia. ¿Cómo? Antes que nada, activa tu civilidad cuidado y respetando el ambiente; no tirando basura y las demás cosas que sabes perfectamente que no se deben hacer, luego en tus paseos por la calle, cuando te asomes por la ventana si detectas que alguna persona comete alguna falta en este sentido, no te quedes callado/a. Pide de buena manera, su colaboración para que limpie o levante lo que ha dejado. El objetivo es ser amable, cercano/a, activarnos todos/as de manera positiva, no desde el conflicto. No debemos ser indiferentes.


Ahora vamos a adentrarnos un poco más en nosotros/as. Lee con atención:

Falta de aire o la dificultad para respirar es uno de los síntomas presente en los casos graves del coronavirus, según la información que diversos medios han proporcionado. Observa esto desde otro ángulo; en estos días y como efecto secundario de lo que sucede, muchas personas están experimentando desde aburrimiento, aletargamiento, incertidumbre, diferencias o conflictos familiares leves o severos hasta miedo, depresión, angustia, ataques de ansiedad o pánico.

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es mucho más de lo que una persona normal con ansiedad experimenta en su vida diaria. Son preocupación y tensión crónicas aun cuando nada parece provocarlas. El padecer este trastorno significa anticipar siempre un desastre, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. Sin embargo, a veces, la raíz de la preocupación es difícil de localizar. El simple hecho de pensar en pasar el día provoca ansiedad.

Las personas que padecen de TAG no parecen poder deshacerse de sus inquietudes aun cuando generalmente comprenden que su ansiedad es más intensa de lo que la situación justifica. Quienes padecen de TAG también parecen no poder relajarse.

Las personas que experimentan ansiedad generalizada frecuentemente no logran conciliar el sueño o se les dificulta permanecer dormidos, sus preocupaciones van acompañadas de síntomas físicos, especialmente temblores, contracciones nerviosas, tensión muscular, dolores de cabeza, náuseas, irritabilidad, accesos de calor, sensación de mareo o falta de aire. (National Institute of Mental Health)

La falta de aire en ambos casos es real, es verídica solo que, en un ataque de ansiedad el malestar es generado en la mente dando como resultado síntomas físicos reales. Los trastornos de ansiedad son enfermedades frecuentemente relacionadas con la estructura biológica y las experiencias en la vida de un individuo.

Cierto es que estamos pasando por algo complicado y desconocido, que han sido ya muchos días que hemos estado en casa, que en cuanto pensamos que todo volverá a la normalidad los medios nos informan que el estado de alarma se prolonga, que nos sentimos vulnerables, todo eso es cierto, es real. Pero detente, observa desde otro ángulo y piensa. ¿Qué simbolismo podría tener esta enfermedad para ti?, en donde la falta de aire es uno de los síntomas? Quiero que te autoobserves y analices. En cuáles situaciones de tu vida has sentido que te falta el aire, te has sentido asfixiado por problemas. ¿En tu trabajo? ¿Con tu pareja? ¿Con tus hijos? ¿Con otras personas? ¿Ante alguna situación en concreto? ¿Cuánto tiempo has aguantado eso?

falta de aireEspera, antes de contestar todas las preguntas señalando a diestra y siniestra que x situación o x persona te ha asfixiado, piensa. ¿Para llegar a ese sentimiento no postergaste ciertas cosas favoreciendo su acumulación?, o en otro sentido ¿detectas que tener el control es muy importante para ti? Date cuenta cómo ésta situación nos está enseñando a soltar el control, a dejar de postergar y: hacer hoy, vivir hoy, disfrutar hoy y valorar cada instante. Si existen enfermedades y trastornos que dentro de sus síntomas se encuentra la falta de aire, deberás cuidar que: tu trabajo, tu pareja, tus hijos o las demás personas o situaciones no te dejen sin aire. Aprovecha la situación de la mejor manera y, por favor si notas algún síntoma de ansiedad, atiéndelo.

 


Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

 

 

 

 

 

“Dímelo y lo olvidaré, muéstramelo y lo recordaré, involúcrame y aprenderé”. Confucio.

importancia de la didacticaEsta importante frase cobra sentido en todo momento, tanto para cualquier aprendizaje que adquirimos en la vida como para la impactante e imprescindible implicación que padres/madres tienen durante la vida escolar de sus hijos/as.


Resultaría básico y muy útil para cualquier docente, comprender cómo se palpan algunas teorías psicológicas dentro del aula, ya que entendiendo realmente las distintas etapas del desarrollo por las que pasan niños/as y adolescentes podrán de mejor manera, abordar los contenidos académicos logrando que sean verdaderamente significativos.
Por ejemplo, revisando la teoría de las etapas psicosexuales de Sigmund Freud (médico y neurólogo austríaco, creador del psicoanálisis) podríamos, tras estudiarlas comprender la relevancia que tienen y generar estrategias educativas que favorezcan por un lado, que los/as niños/as pasen exitosamente por cada etapa y por otro, “aprovechar” este momento de desarrollo para abordar el contenido de una manera específica.


Aquí, un ejemplo: La etapa anal va de los 15 meses a los 3 años. En esta etapa el/a niño/a comienza a aprender el control de los esfínteres (entre otras muchas cosas), en sus teorías según fuese el aprendizaje, de una forma natural o abrupta por parte de los adultos que educaban, el infante podía desarrollar diferentes trastornos dependiendo de lo traumático que hubiera sido dicho aprendizaje.


Durante esta etapa, la zona erógena es el ano por el placer de defecar y el valor simbólico de las heces como algo propio que se forma, reduce, se retiene y se libera. Comienzan a caminar y el dominio motor les da autonomía.

Entonces, un abordaje adecuado que empate esta teoría con el aprendizaje sería: la de propiciar, fomentar y enaltecer las creaciones de los niños/as, utilizar más frecuentemente material como: plastilina, arcilla, arena mojada, masa, barro, goma eva, piedrecitas. Todo aquello que puedan manipular y crear servirá para “estudiar” un sinfín de cosas incluidas en el contenido académico, desde números y letras hasta la elaboración de diversos personajes que servirían para asimilar el área personal social, haciendo un muñeco, por ejemplo. Esto resultará mucho más significativo a que dibujen, coloreen o vean simplemente imágenes en los libros.
Las heces son algo que su cuerpo forma, es común que expresen que “son regalos” que hacen a sus principales cuidadores cuando el control de esfínteres se produce de manera armónica y respetuosa, eliminando vinculaciones negativas o de suciedad cuando tienen accidentes, es decir, sin expresar que el/a niño/a es sucio/a si llega a tener un accidente o bien sin forzar a que defeque.

“Los niños en preescolar juegan como parte del aprendizaje, pero deberían jugar más y dirigiendo el mismo hacia lo verdaderamente trascendente. Los niños en la primaria juegan menos, deberían jugar más. Los niños en la secundaria casi no juegan, deberían seguir jugando”.

El “problema” no está en lo que se les enseña, sino en cómo se les enseña.

El Programa Curricular Básico para niños/as de 2 a 4 años en México y en España comprende: Área personal social, área comunicación integral, área lógico matemática, área de ciencia y ambiente.


El aprendizaje, entre los 2 a 5 años suele ser muy lúdico, el problema comienza más adelante, en primaria y en los grados siguientes.

Se trata pues, de detenerse con interés en cada una de las etapas desarrollo e ir empatando el contenido curricular y académico con éstas. Contamos con un vasto repertorio de autores y de teorías, desde diversos enfoques: psicoanálisis, psicosocial, psicoeducativo o psicoevolutivo.

Se trata de observar y de adentrarnos en el “mundo interno” del estudiante, siendo sensibles por lo “que pasan” en cada etapa y lo que interesa a niños/as y adolescentes, de este modo, se logrará incidir favorablemente en el aprendizaje, porque se convertirá en significativo.

Sin un aprendizaje lúdico-significativo no es curioso ni sorprendente que, niños/as y adolescentes presenten dificultades al momento de presentar un examen. El colegio es el “sitio destinado” para que: 1.- aprendan, 2.- socialicen y 3.- se diviertan. ¿Qué falla entonces? ¿Será que uno de los puntos anteriores no se lleva a cabo?

Los/as niños/as son investigadores natos, les motiva participar en su entorno. Entre los 6 y los 10 años sus dudas son más específicas, elaboradas y detalladas, se vuelven complejas y cada vez más racionales, aprovechando este aspecto a nuestro favor se podrá hacer uso de la investigación como medio fundamental para el aprendizaje, con todo lo que esta conlleva; observación, formulación del problema, identificación de factores importantes, recopilación de la información y contrastarla, probar y trabajar hipótesis, replantear la teoría, formular nuevas preguntas, llegar a una conclusión. Este “método” es totalmente aplicable para cualquier asignatura durante primaria y secundaria. Echar mano de pequeñas representaciones (obras de teatro), inventar juegos de mesa, concursos, potenciar que los/as alumnos/as expliquen al resto del grupo distintos temas. Los/as alumnos/as deben participar de manera activa, no como pasan la mayor parte del tiempo: sentados siendo receptores.

El aprendizaje debería ser transversal y activo, es decir, un tema ser abordado desde distintos ángulos. Por ejemplo, en naturales se está estudiando “El ciclo del agua”, dicho contenido se podría abordar perfectamente en: sociales, matemáticas, música, lengua, plástica, educación física e inglés.
Con sociales se podría enlazar con el estudio de llanuras, mesetas y valles (en los que normalmente pasa un río). Matemáticas: cantidad de agua que para sumar, restar, multiplicar o dividir… Música, el sonido de una cascada, el sonido del viento puede dar pie a explicar el sonido de distintos instrumentos musicales. Lengua: sílabas, artículos, palabras derivadas y compuestas. Plástica: Elaborar una maqueta. Educación física: hacer una rutina simulando que se debe saltar un riachuelo. Inglés: vocabulario, elaborar oraciones.
Lo anterior, es quizá un ejemplo muy simple. Lo que se pretende transmitir es la idea que, buscando, cualquier tema podría ser transversal en todas las asignaturas. Sin olvidar el fomento a la creatividad, desarrollo e investigación. Sin olvidar el aprendizaje activo.

Hacer esto ¿requiere esfuerzo y creatividad? Si, sin duda. Sin embargo el resultado sería completamente satisfactorio. Quizá para los/as docentes sea un poco complicado, por diversos factores: programación académica previamente elaborada que, sin duda se tiene que respetar y llevar a cabo, esto no lo podemos cambiar. Aunado a otras actividades y/o indicaciones que deben atender, sin embargo, es aquí donde los/as psicólogos/as podemos hacer mucho.
Si los/as docentes reciben formación que les brinde: estrategias, herramientas, ideas, conceptos para que puedan poner en marcha distintos mecanismos que faciliten la comprensión de los distintos contenidos; estarán vinculando “etapas de desarrollo”, estarán favoreciendo al aprendizaje activo y significativo, y esto no sólo daría como resultados notas más altas, sino que, estarían siendo agentes que influyen de manera extremadamente positiva en sus alumnos/as.

La relación alumno-docente, es otro punto importante a considerar, debido a que si el docente no ha llegado a cierto nivel de madurez reaccionará inconscientemente a la inmadurez natural del niño/a o adolescente. Si el docente tiene una madurez personal que le ha permitido resolver sus propias dificultades, podrá ayudar a niños/as y adolescentes a vivir y resolver las suyas, y no reaccionará afectivamente ante los intentos de transferencia de su alumno. La carencia de autoridad es tan nociva como el exceso de la misma. La autoridad es una fuerza psicológica interior que se impone por sí misma; esta fuerza se apoya sobre la madurez afectiva del adulto, es decir, sobre su superación de los estados afectivos posesivos (oral y anal) y su adquisición del estado genital. Es decir, el docente deberá ser en alguna medida consciente de cómo han sido las etapas en su desarrollo para poder ofrecer al niño/a o adolescente un modelo adulto de referencia positivo fuera de casa. Los/as educadores/as deberían “apasionarse a la conquista de sí mismos”, a través de vivir su propio proceso psicoterapéutico, de manera que puedan ofrecer al niño un guía lo más auténtico posible.

Ahora bien, adentrémonos en el mundo de las relaciones familiares para comprender la influencia que éstas generan de cara al aprendizaje de niños/as y adolescentes.

La pedagogía sistémica da herramientas a los docentes para que puedan encontrar algunas explicaciones y soluciones a los problemas que se presentan con los/as estudiantes y ciertas asignaturas del currículo.


Desde esta perspectiva y analizando de lo que “se trata” de manera general cada asignatura, observando “la práctica intrínseca” que se lleva a cabo dentro de ellas, podremos comprender la estrecha relación que tienen con la figura paterna, materna o ambas. Por ejemplo; matemáticas, física, geografía y educación física, están relacionadas con el padre, lengua y biología con la madre. Química, lengua extranjera e historia con ambos.

Cuidando en todo momento en no caer en estereotipos de género, ya que “ningún estudio científico serio ha demostrado hasta hoy que los hombres sean más inteligentes que las mujeres o que las mujeres sean más inteligentes que los hombres y ninguna diferencia cerebral observada entre sexos justifica ningún tipo de exclusión social”. El País. Ciencia, 2019. Podemos analizar cada asignatura desde otro ángulo, que nos ayuda a darnos cuenta la importancia de las relaciones familiares en el aprendizaje.

Matemáticas: Los hombres tienden a ser más prácticos y analíticos, situación que les facilita resolver “más rápidamente ciertas cosas”. El padre enseña en la vida a resolver problemas, es con quien aprendemos a abordar la resolución de situaciones conflictivas que se nos presentan en la vida, de igual manera, todo lo que está relacionado con los límites, está asociado a la figura paterna y por ende con las matemáticas. Cuando los/as estudiantes presentan problemas con las matemáticas, lo adecuado sería que se cite al padre; en caso de que no esté presente en la vida del niño/a o adolescente bien porque sus padres están separados, divorciados, la madre es soltera, etc, entonces la figura de un tío o abuelo, sería adecuada, es importante que sea una figura masculina del núcleo familiar.

Lengua: Está directamente relacionada con la madre, ella es quien nos enseña el lenguaje, desde que nos amamanta, porque nos habla, nos contiene, nos protege. En la vida cotidiana, es la que nos enseña los modales, cómo comer, asearnos, vestirnos, a relacionarnos y otras tantas cosas que están muy relacionadas con nuestra interioridad. Cuando a los/as chicos/as se les dificulta esta área, debemos revisar qué está sucediendo en la relación con su mamá.

Historia: A los/as chicos/as se les podrá dificultar aprender historia, si no conocen su propia historia; sus abuelos, sus ancestros. Cuando se inicia un curso, es muy funcional asignar como trabajo o tarea, que investiguen su propia historia familiar, que conozcan en qué año nacieron sus padres y qué movimientos históricos hubo en la década que ellos nacieron y eso les va a ayudar a entender en parte, por qué sus padres son como son, qué les ha influido. Podrán comprender más fácilmente sociales ya que estamos inmersos en una sociedad que “marca” importantes aspectos en nuestra salud mental, conducta y forma de relacionarnos. ¿Cómo comprender historia del mundo si no sabemos qué ha pasado en la nuestra?

Biología: Está relacionada con la madre. Parece algo lógico ¿no? Pues la biología es la ciencia encargada del estudio de la vida y de los seres vivos. Todos empezamos nuestra vida en el vientre materno. Viene bien que los estudiantes sepan ¿cómo nacieron?, ¿cómo fue el embarazo de sus respectivas madres?, ¿cómo fue el parto?

Geografía: Está vinculada con la figura paterna pues es el padre (en la mayoría de los casos, aunque en cada familia pueden existir muchas variaciones) quien “sistémicamente” da el permiso para viajar, salir del país, con todo lo que sea externo. Cuando tenemos problemas con los viajes, con ir fuera del país, hay que revisar qué sucede con el padre, cómo se gestiona la familia en ese terreno, qué tantas restricciones o libertades hay.

Lengua Extranjera: Tiene que ver con el origen de ambos padres y el nacimiento de su nueva pareja, puesto que, la creación de la misma conlleva “el nacimiento o la creación de un nuevo idioma”. ¿Para qué parte del sistema ha supuesto “un problema o un peligro” aprender otro idioma? Y, aunado a esto, se añade en algunos casos que cada padre procede de un país distinto. Es pertinente que la familia haga un análisis de sus creencias ya que por ejemplo, si un miembro familiar siente “rechazo” por algún lugar o país ¿qué permiso le dará a su hijo/a para que aprenda el idioma del país que no le agrada? O bien quizás fueron los abuelos quienes tuvieron que salir de su país de origen y se encontraron con dificultades para relacionarse en el país de destino, muy posiblemente sistémicamente, a las generaciones posteriores les puede costar aprender otro idioma. Es importante que el sistema familiar se permita aprender otro idioma.

Educación física: Vinculada al padre, a quien no le gusta la educación física, muy probablemente la relación con el padre esté truncada o posiblemente no sea del todo funcional y buena de alguna manera.

Química: Es la “mezcla” de ambas figuras. Es la ciencia que estudia la composición, estructura y propiedades de la materia, así como los cambios que esta experimenta durante las reacciones químicas y su relación con la energía.​ Estudia las sustancias, su estructura. La química podrá resultar “más compleja” para los/as estudiantes si no se ha comprendido la composición, estructura y propiedades de la pareja, de la familia.

Lo anterior sirve para tener un panorama más amplio y darnos cuenta de cómo ciertamente las relaciones familiares repercuten en el aprendizaje. Se debe tener cautela y entender que lo descrito anteriormente no se refiere a “una ley inamovible”, es decir, si un estudiante presenta problemas en todas las asignaturas no significa que su sistema familiar esté totalmente desestructurado o en otro sentido, estudiantes que, durante la primaria sacan buenas notas, cuando llegan a la secundaria o al instituto se modifican drásticamente no indicaría que la familia se ha desestructurado, ya que estos “cambios” son normales y forman parte del desarrollo. Se trata de que docentes, padres y madres estén lo suficientemente alertas para detectar a tiempo algún cambio.

Para concluir, lo que se pretende es:
1.- Que las familias observen, analicen, identifiquen y cuestionen la manera en la que se relacionan, que sean lo suficientemente precisas para detectar a tiempo “dificultades” en el aprendizaje de sus hijos y que “vean” si pasa algo en la familia. Que encuentren el significado de dicha dificultad. ¿Qué les quiere decir?
2.- Que los/as docentes comprendan la trascendencia de su trabajo como guías para los/as estudiantes, que reconozcan que ampliando su visión en cuanto a “cómo enseñar”, obtendrán mejores resultados y experiencias para todos/as. Que los/as “profes” de matemáticas, química, física o cualquier otra asignatura no son “aquellos personajes” a quienes los/as alumnos/as temen, ya que el gusto o disgusto por determinada asignatura va mucho más allá de la dificultad en sí.
3.- Que es imprescindible echar mano de cuantos recursos tenemos al alcance, desde el vasto legado en terreno de teorías con diversos enfoques, generando así estrategias educativas significativas.
4.- Recordar que todo lo anterior se puede lograr a través de una adecuada formación para los/as docentes que puede ser impartida por aquellos psicólogos/as apasionados/as por su trabajo. E invitar a las familias que se den la oportunidad de vivir un proceso psicoterapéutico cuando detecten alguna dificultad, y así encontrar soluciones.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta


Fuentes:

Freud, Sigmund. (1986). Obras completas. Tres ensayos sobre teoría sexual. Buenos Aires. Argentina. Amorrurtu Editores.

Hellinger, Bert. (2011). Órdenes del amor. Barcelona. España. Herder.

Morgado, Bernal. (2019). ¿Son diferentes los cerebros de mujer y hombre? España. https://elpais.com/elpais/2019/05/09/ciencia/1557403126_491115.html

Papalia, Diane. Wendkos, Sally. Duskin,Ruth. (2003). Psicología del Desarrollo. México. Mc Graw Hill.

 

 

 

Reír es parte fundamental en la vida. Existen diversos estudios que constatan los beneficios fisiológicos y psicológicos de la risa, de una buena carcajada.
La risa es un medio para descargar tensión emocional, libera del temor y la angustia, contribuye a aplacar la ira, incidiendo en un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades. Facilita la digestión y la evacuación, ya que aumentan las contracciones de todos los músculos abdominales, generando masaje sobre las vísceras. De ahí la expresión: “me ca…. de risa”.

También, aumenta el ritmo cardiaco, el pulso y estimula la liberación de endorfinas, aumenta la memoria, el pensamiento creativo y la capacidad resolutiva de problemas, mejora las relaciones sociales, y claro, promueve el bienestar psicológico.

De modo que, buscar maneras en que puedas sacar unas buenas y sanas carcajadas, es muy sano. Pero, ¿qué nos puede hacer reír?

En ocasiones, aunque para algunas personas puede ser en la mayoría, se ríen de “desgracias ajenas” como por ejemplo caídas, golpes, accidentes de personas y/o de animales. El componente “sarcástico y cruel” hace reír a varios. En realidad no se trata de reírnos de desgracias ajenas, eso no es correcto. Contamos con un vasto repertorio de temas para chistes, desde los inocentes hasta los más maquiavélicos pero ¿sabes? En realidad no nos reímos del golpe o de la desgracia de la persona en cuestión, nos reímos porque el chiste es mucho más que una forma ingeniosa o simpática de pensar la realidad, según el gran Sigmund Freud.

Una de sus genialidades es la de haber reparado en fenómenos cotidianos que, para la mayoría de los estudios de la mente no tenía ninguna importancia. Uno de ellos son las bromas. Una de las grandes obras de Sigmund Freud es: “El chiste y su relación con el inconsciente”. En ella, Freud analiza las características, los elementos y las motivaciones que hay detrás de esos chistes cotidianos de los que la mayoría nos reímos, pensó que quizás revelaban más de lo que podíamos ver en superficie.

En el chiste para Freud hay dos tipos de motivaciones: el chiste inocente, que solo busca hacer gala del ingenio, en el que el placer y la risa aparecen exclusivamente por la gracia implícita en ellos, el otro es el chiste tendencioso, este está motivado por un impulso hostil u obsceno y donde el placer provendría de romper con una forma de represión.

Es muy habitual que los chistes tendenciosos se dirijan a una figura de poder, a una ideología, un credo, un pueblo, una raza. Muchas veces son una forma "políticamente correcta" de manifestar verdades que, de otro modo no se aceptarían.

 sobre la risa y el chiste

El chiste para Freud es uno de esos mecanismos que utilizamos para hacer frente a la represión social, cultural o individual que nos genera displacer o neurosis, es decir, las personas que hacen chistes de desgracias, a saber de asaltos, de catástrofes naturales, de enfermedades y de otras cosas similares se debe a que resultan indigestas para el aparato psíquico, ante la desgracia realizan elaboraciones digamos más amables, más graciosas para ayudar a enfrentar lo que está pasando. Así que la próxima vez que escuches a alguien diciendo un chiste que a ti te resulte muy cruel, tiene que ver con la elaboración que está haciendo esa persona para soportar mejor esa angustia.

 El chiste tendencioso y la risa juegan un papel civilizador. En lugar de agredir directamente al otro, se emplea un medio ingenioso de lenguaje para expresar hostilidad. En lugar de romper los tabúes del sexo a través de la perversión, se haría por medio del chiste obsceno. Por todo lo anterior, el chiste para Freud es un medio para conocer los deseos reprimidos de una persona y de una sociedad.

Entonces, considerando lo anterior, aquello inconsciente del chiste, un paso agigantado que podríamos dar es saber reírnos de nosotros mismos. Si, lo sé, hay momentos en los que lo pasamos verdaderamente mal, nos duelen cosas, reconocerlo y sentirlo está bien, pero con el tiempo, podremos poner en distinta perspectiva los acontecimientos que algún día nos aquejaron, podremos poco a poco aprender a reírnos de nosotros mismos. Sencillamente darnos la oportunidad de aceptar nuestros errores o dolores y reírnos de ellos. Si es demasiado el dolor psíquico que estas sintiendo una forma ingeniosa y distinta que te puede ayudar a soportar la angustia, es haciendo chistes, eso te ayudará a digerirlo mejor, solo recuerda que no todas las personas lo comprenderán como tú, cada quien tiene su proceso. Ante situaciones que te hagan sentir tenso/a el sentido de humor, es un buen aliado. El humor para Freud, es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo.

 Se creativo/a y busca aquello que te saque una sonrisa o una buena carcajada.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

Fuente:
Freud, Sigmund. (2012). El chiste y su relación con lo inconsciente. España. Alianza Editorial.

 

 

 

Asegúrate de que tus hijos te vean por lo menos UNA VEZ AL DÍA:


DAR LAS GRACIAS a quien te ayuda a meter tus cosas en las bolsas de la compra, a quien
te lleva lo que ordenaste en el restaurante, a quien te dio el paso mientras conducías, a
quien te sujetó la puerta para que pasaras y a otras personas que simplemente te
ayudaron en algo.


SALUDAR; dar los buenos días, tardes o noches cuando vas a hablar con alguien por
primera vez en el día, a algún “extraño” en la parada del autobús o en el metro, que es
“extraño” porque no le conoces de nada, aunque coincide contigo todos los días en algún
momento de tu rutina.


RECOGER “un papel” del suelo que se “cruza en tu camino” y depositarlo en el
contenedor de basura adecuado.


QUE TE INTERESAS de manera genuina por cómo les fue en su día, Y CONVERSAR con
ellos/as.


COLOCAR en su sitio, tus zapatos y tu abrigo cuando llegas a casa y te los quitas.


PONER las llaves de casa y del coche en el lugar destinado para ellas.


COMER CON GUSTO frutas y verduras.


LEER algunas páginas de un libro.


LIMPIAR, si has ensuciado.


BEBER AGUA.


SONREÍR


REÍR


Y, aunque no tengas hijos/as, asegúrate de hacerlo….. por ti.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

Los/as hijos/as crecen y el “monstruo” de la adolescencia se aproxima, los/as padres/madres dejan de ser esos héroes, los/as amigos/as y las diversas influencias ganan terreno.


Para comprender la importancia que adquieren las relaciones interpersonales en la vida de niños/as y adolescentes, cito a Herbert Stack Sullivan psiquiatra y psicoanalista estadounidense, quien explicó por medio de: “La teoría interpersonal de la psiquiatría”, cómo las relaciones afectan la personalidad; esta teoría parte del psicoanálisis. Investigó el comportamiento de los individuos desde la infancia hasta la edad adulta. Basó su trabajo en observaciones directas y verificables de sus pacientes.


Su obra fue publicada en 1953, sin embrago, se mantiene totalmente vigente en nuestros días. Sullivan considera que, los patrones de relaciones entre personas están muy influenciados por las experiencias de la infancia. Es así porque en esa época se gesta la empatía; una empatía a la que Sullivan define como la capacidad del/la niño/a para sentir de alguna forma la actitud de las personan hacia él.


Sullivan planteó que la personalidad se forma a partir de las relaciones interpersonales que cada individuo tiene. Es decir, ocurre un “traspaso” de lo interpersonal a lo intrapersonal. Variando las formas en que se sienten estas experiencias a medida que se van atravesando etapas de vida, donde el dominio del lenguaje, las destrezas sociales y la satisfacción de las necesidades van adquiriendo mayor complejidad. Así pues la personalidad en desarrollo de los/as niños/as es igual a la suma de todas sus relaciones interpersonales, primero por parte de los/as padres/madres y después sus pares.


Los/as compañeros/as de clase se convierten en una fuente importante de aprobación, afecto y apoyo, la amistad entre pares imprime hábitos de por vida en las relaciones con los demás, así como un sentido de autoestima casi igual al que se desarrolla a través del amor y del cuidado de los padres. Cuando el/la niño/a y el adolescente no encuentran esta fuente de aprobación y/o no se sienten “parte de” pueden experimentar grados de insatisfacción. Es decir, el reconocimiento entre pares se convierte en parte fundamental para ellos/as dentro de su desarrollo, tal como lo era cuando tenían edades menores y este lo brindaban sus padres.


En la actualidad, gran parte de “tener ese reconocimiento” o “ser parte del grupo” radica en la sobresaturación en cuanto a poseer dispositivos móviles, tener acceso a las redes sociales y, padres/madres paradójicamente deciden ir por lo más difícil. Sí … lo más difícil es darles a tempranas edades algún dispositivo móvil (teléfono, tabletas, etc) o video juegos; dejarles sin supervisión, dejarles que pasen muchas horas “conectados”. Si, hacer eso es muy complicado ya que dicha dificultad radica en que después es muy arduo establecer límites en cuanto al uso y al tiempo que dedican a los mismos. Esto se empata perfectamente con la alta carga laboral de los/las padres/madres, se hacen más horas en el lugar de trabajo, se añaden labores domésticas diarias hasta que, cuando por fin, mamá o papá tienen “tiempo libre”, están agotados/as y prefieren hacer más de lo mismo: sentarse frente al televisor o frente a sus distintos dispositivos…. así padres e hijos/as están “inmersos en sus mundos”.


¿A qué edad pueden los/as niños/as tener su primer teléfono móvil? Los expertos apuntan que hasta los 16 años los/as menores no deberían tener “smartphone”.


“Expertos y padres/madres no se ponen de acuerdo en la mejor edad para dar su primer móvil a los/as niños/as: mientras que los primeros la establecen en los 16 años, la realidad es el porcentaje de menores propietarios de móvil crece de forma acelerada a partir de los 10 años.

que les pasa a los jvenes


Gabriela Paoli, psicóloga y experta en adicciones tecnológicas, destaca que: cada niño/a es diferente, varían y dependen una serie de factores en el momento en el que se regala el primer móvil.


Paoli cree que es importante tomar en cuenta lo siguiente: 1.- no sucumbir a la presión de los hijos, que intentarán conseguir un “Smartphone” bajo el conocido: “¡Es que todos mis amigos lo tienen!”. Tiene que ser una decisión meditada de los padres, en la que deben analizar si el niño está preparado para esta responsabilidad. 2.- hay que analizar y observar sus comportamientos, 3.- preguntarse ¿para qué necesita el móvil? 4.- Es conveniente que la persona que les de su primer móvil sean sus padres, “no un familiar o amigo”. Ellos/as, además, junto con el/la niño/a, tendrán que establecer las pautas de uso correcto y responsable del móvil. Debe quedar claro desde el primer momento en el que el/la niño/a que tiene móvil es que es suyo, pero no es privado, 5.- tratar temas como la privacidad, intimidad o el respeto y por último 6.- es importante que los padres prediquen con el ejemplo, es decir, es necesario que existan momentos de desconexión digital en casa. Fomentar los momentos familiares”. Diario ABC..


Por otro lado, en España concretamente, tal y como indica la Asociación de Internautas, el acceso a distintas plataformas (Whatsapp, Twitter, Facebook, Instagram) está regulado en el artículo 13 de la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, sobre Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen, e indica que hay que tener 14 años o más para poder registrarse en cualquier chat o red social.


Las edades mínimas reglamentarias para poseer un móvil raramente se respetan, la realidad es que cada vez a edades más tempranas, los/as niños/as tienen algún dispositivo y conforme van creciendo, para cuando son adolescentes el móvil forma parte ya “de su ropa interior”. Los padres, también han contribuido a perpetuar este “síntoma”, al estar tan pendientes de su móvil.
Recuerdo una ocasión en la que un padre me comentó en consulta: “mi hijo (de tres años) me monta unos pollos (tiene una rabieta) cuando no le dejo mi móvil”, entonces yo intervine y pregunté: “¿y cómo crees que te ve tu hijo cuando estás frente al móvil?, es decir, tu estado de ánimo ¿cómo es: contento, te ríes, te enfadas? ¿Cuando estás con tu hijo tienes el móvil enfrente?”, el padre contestó: “pues estoy escribiendo correos, o viendo mi Whatsapp, y sí me rio, pues ya ves las cosas que mandan, si, generalmente estoy con el móvil siempre”.
Quizás después de leer este pequeño fragmento de consulta psicoterapéutica, resulte sencillo ver que hacemos las cosas sin darnos cuenta. Obviamente, un niño de tres años querrá aquello que hace a su padre tan feliz, bien para “ver cosas también que lo hagan reír”, bien para quitárselo y entonces lograr que le preste atención y juegue con él.


Resulta increíble observar como niños/as que van en sus cochecitos llevan en sus manitas los móviles de sus padres/madres. Críos, padres/madres en los restaurantes, parques, reuniones y otros sitios en los que el objetivo es: convivir, dialogar y disfrutar, estén con pantallas delante. Esto sin duda también está siendo parte de una costumbre que se está implementando cada vez más para “que los críos no estén dando la lata”. O será que: ¿Nos da miedo conocernos un poco más? ¿Preferimos que la educación, el ocio y la convivencia estén a cargo de la tecnología? Es importante percatarse de lo que está sucediendo en este terreno para tomar las acciones pertinentes.


¿Qué les pasa a los/as jóvenes? Que los estamos perdiendo. ¿Cómo los recuperamos?


Hagámoslo sencillo, con lo más fácil que tenemos a mano: compartamos, interesémonos por ellos/as, dialoguemos porque a muchos padres les sorprendería lo que veo a diario en consulta, adolescentes que se quiebran porque papá y mamá no están disponibles, que se quiebran cuando saben que papá y mamá los/as desconocen, detrás de esos “desplantes” de los/as adolescentes, existen gritos desesperados que claman convivencia familiar, cercanía, comprensión, interés por lo que hacen, por sus ideas “descabelladas”, por amor y cercanía. En concreto, todo adolescente necesita: sentirse seguro, sentir que pertenece y ser reconocido primero en casa y luego, fuera.


La adolescencia es una etapa que a muchos “asusta”, y yo pregunto: ¿Sólo la adolescencia? Esta etapa como otras es, tan solo un escalón más.


La adolescencia es una etapa de decisiones e indecisiones, en la que padres/madres continúan enseñando, aunque los adolescentes quieran hacer cosas por ellos/as mismos/as y, si algo les sale mal tocará brindar apoyo, respetar y aceptar que hagan su camino. Padres y madres a menudo olvidan que, hace años hicieron y encontraron su camino probablemente, después de estar un poco perdidos.


En todo caos siempre hay un poco de orden, algunas veces hay que perderse para poder encontrarse, esto es parte de la vida. Y, en esos momentos, padres/madres decidirán si permanecerán ahí incondicionalmente para continuar guiando. Muchas veces se falla, pero muchas otras no. Se trata de que padres/madres estén presentes para mostrar que la autonomía y la libertad no están exentas de responsabilidad, las cosas funcionan mejor cuando hay reglas de por medio, el éxito se obtiene con esfuerzo.

El implemento y mantenimiento de responsabilidades en la infancia y durante la adolescencia como: colaborar de manera activa en las labores de casa, cuidar sus estudios y sus cosas, realizar algún deporte, cuidar de la mascota (si se tiene) son aspectos básicos y permanentes que no se deben perder, esto no sólo imprimirá hábitos benéficos de cara a su desarrollo, sino que también permitirá la gestión adecuada de tiempo, ayudará a que los adolescentes estipulen prioridades, cultiven aspectos como el autocuidado y solidaridad, entre otros.
Lo que aquí se expone, no es imposible de realizar. El ingenio de padres y madres tendrá que permanecer vivo para que, aunque “dejen” de hacer (por momentos o temporadas) ciertas cosas que hacían cuando eran niños/as, se pueda retomar, quizás de distinta manera.


Sí, los móviles son cada vez más necesarios, está bien hacer uso de la tecnología para investigar, crear, innovar, para utilizarla en los estudios. Pero, no se debe perder de vista el principal objetivo y es que: aunque los amigos/as formen parte crucial en el desarrollo, aquello imprescindible que no podrá sustituir lo verdaderamente importante es la constante comunicación, interés, convivencia e intercambio entre todos los miembros de la familia, que hará que lo que les pasa a los/as jóvenes sea que se sientan validados y escuchados en su casa.

 


Vanessa Maillefert Rovira


Psicoterapeuta


Fuentes:

Sullivan, Harry. (1953). The interpersonal Theory of Psychiatry. Estados Unidos. Norton.
Paoli, Gabriela. (2019). ¿A qué edad pueden los niños tener su primer teléfono móvil? España. https://www.abc.es/tecnologia/moviles/telefonia/abci-edad-pueden-ninos-tener-primer-telefono-movil-201912090150_noticia.html

 

 

Cuando una mujer se sabe embarazada llegan a ella todo un cúmulo de distintas emociones y sentimientos que la acompañarán durante este período.


El embarazo dura una media de treinta y ocho semanas a partir de la concepción o cuarenta semanas a partir de la última menstruación, en realidad la cuenta en mes es artificial y aleatoria. Una gestación puede durar hasta cuarenta y dos semanas desde la fecha de la última menstruación. Lo mágico que comúnmente pasamos por alto es que de todos los óvulos que produce y libera la mujer y de todos los millones de espermatozoides que produce y libera un hombre, dos se encontraron en el momento exacto.

Durante estas semanas, las mujeres y las personas más cercanas a ellas, pueden experimentar una “bomba emocional”, debido a que los neurotransmisores están alterados ya que no reciben los mismos niveles hormonales de siempre, los niveles de progesterona y estrógenos se duplican y, por este motivo, la parte racional se disminuye, a la vez que se refuerza la parte emocional, lo que favorece el nacimiento del vínculo entre madre e hijo/a.

el nacimiento de la salud mental

En medio de este proceso, las mujeres acuden a revisiones médicas periódicas necesarias. Algunas tienen la ventaja de ser acompañadas, de contar con un/a ginecólogo/a amable, paciente y respetuoso/a que no imponga una cesárea cuando no es verdaderamente necesaria, porque el embarazo ha ido correctamente. Pero otras no tienen esa "suerte" y pueden llegar a sentirse como un objeto de estudio hasta el momento en que la cesárea se efectúe o bien se induce el parto cuando se podría producir de forma natural. Cierto es que las mujeres, como las demás personas, tienen umbrales de dolor distintos, y que son ellas en muchos casos quienes solicitan la epidural, demanda totalmente válida.

El momento del nacimiento debería ser algo verdaderamente inolvidable. Sin embargo, es increíble que en estos tiempos existan "historias poco gratas" en el momento del parto. Historias en las que muchas mujeres son todo menos protagonistas de su propio parto. Esto se puede evitar si la mujer toma partido activo de su embarazo y del momento del nacimiento: conectando con su bebé, acudiendo a sus revisiones, alimentándose sanamente, llevando su embarazo de forma saludable haciendo el ejercicio indicado, sintiéndose acompañada, acogida, respetada, valorada, tranquila y feliz, informándose adecuadamente sobre distintas posibilidades para parir: en casa, en agua, en hospitales respetuosos, ser acompañada por una doula.*

* Una doula es una persona, generalmente una mujer, que informa y acompaña en el proceso vital de la maternidad. Actualmente no hay una formación reglada y aunque en muchos países europeos sea algo habitual e incluso esté cubierto por la seguridad social, en España la profesión no está oficialmente reconocida de momento. La doula no es personal sanitario, no es una matrona ni hace su trabajo, no atiende partos, no tacta, no manda tratamientos, no hace diagnósticos, no realiza terapias ni las recomienda. Una doula, acompaña y apoya. Hay estudios que han demostrado que el apoyo emocional de la doula a la familia tiene beneficios durante el parto, tales como reducción en un 50% de cesáreas, un 40% en uso de fórceps, un 60% del uso de epidural o que acorta en un 25% la duración de los partos. Todo esto, por supuesto, como complemento a una buena asistencia sanitaria (“A Doula Makes the Difference” por Nugent, Mothering Magazine, March-April 1998).

Resultaría necesario que, las mujeres tuvieran acceso a información científica para saber y conocer todo lo que vive, experimenta y siente el feto en su vida intrauterina. Para ello, tenemos por ejemplo al Dr. Thomas Verny, psiquiatra, escritor y profesor junto con John Kelly, quienes a través de su libro: “La vida secreta del niño antes de nacer” nos brindan toda esta información y más.


Entre la rutina que envuelve a la mujer embarazada: el trabajo, los quehaceres y posiblemente la crianza de otros hijos/as, un día aparecen las contracciones y, en ocasiones desgraciadamente, algunas mujeres "son presa fácil" para que comiencen los tactos para ir controlando cuánto se va dilatando, poco se habla que la masturbación facilita la labor de parto, el orgasmo es un dispositivo de apertura del útero, durante este proceso están implicados los mismos órganos y las mismas hormonas que participan al hacer el amor, se requiere intimidad; porque en ambos hay sudor, gemidos, jadeos, caderas en movimiento. Llegar al orgasmo requiere poner el cerebro en reposo y fluir para bajar al cuerpo, dar a luz requiere lo mismo.
La oxitocina es la principal hormona responsable de las contracciones uterinas, y es muy sensible; necesita tranquilidad, luz tenue y confianza. Las luces que deslumbran, los continuos controles para ver cuánto vamos dilatando, son estimulaciones que “despiertan” el neocortex generando adrenalina e inhibiendo el proceso.


Parir es algo natural instintivo. “La única forma de humanizar el parto es comprendiendo el hecho de que somos una especie mamífera. El parto es un acontecimiento instintivo, llevado a cabo por nuestro cerebro mamífero, y en el que la participación de nuestra mente racional tiene un efecto contraproducente. Lo más que se puede hacer es rendirse a la experiencia y permitir que ocurra, para lo cual el ambiente en que transcurre y la calidad humana y actitudes de los asistentes es esencial. Las mujeres necesitan sentirse seguras y que su nivel de adrenalina sea muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz”. Michel Odent

“El nacimiento es un acto sexual que se realizaría con la máxima gratificación de placer para las criaturas humanas, si la sexualidad de la mujer que pare no estuviese destruida”. Wilhelm Reich.

El inicio de la vida se da cuando dilata el cuello del útero, el canal vaginal está formado de tejido elástico que recupera su forma, (la vagina no se suelta después de un parto normal).
Pareciera que, en cuanto se produce el alumbramiento, se corre prisa para cortar el cordón umbilical, cuando éste de ninguna manera hace mal al bebé, no hay prisa, se corta después de que deje de latir. En los primeros minutos de vida lo que necesita el/la recién nacido/a es estar en el regazo de su madre y de modo instintivo reptará hasta encontrar el pezón para succionarlo.
“Desde hace muchas décadas, es costumbre cerrar el cordón umbilical con una pinza en cuanto sale el niño, cuestión de segundos. Eso se hace por temor a que la sangre de la placenta pase al bebé. En efecto, el exceso de sangre en el bebé (poliglobulia) puede producir problemas graves, como trombosis o dificultad respiratoria. Pero estudios modernos demuestran que el pinzamiento demasiado precoz del cordón también da problemas. Cuando se coloca al bebé sobre el cuerpo de la madre (que es donde hay que ponerlo al nacer) y se espera unos tres minutos para pinzar el cordón, el bebé recibe un treinta por ciento más de sangre; se ha demostrado que ese aumento moderado no es perjudicial, no produce trombosis ni afecta a la circulación de la sangre, y que las reservas de hierro aumentan, y eso disminuye el riesgo de anemia al cabo de unos meses. Y todo eso se ha comprobado tanto en niños nacidos a término como en prematuros.” Carlos González en su libro: “Un regalo para toda la vida”.


¿Y qué pasa con las cesáreas? La cesárea es la única operación mayor donde se espera que la mujer este caminando al siguiente día, haciéndose cargo de otro ser humano y una familia entera, ¿cuándo o con que otra operación sucede esto? Con ninguna. La madre necesita reponerse y estar con su bebé, así que apoyemos no sólo con opciones y comentarios muchas veces fuera de lugar, mejor hagamos labores que le preocupen y si hay más niños en casa llevémoslos a dar un paseo, cocinemos algo, seamos amables y solidarios con las madres puérperas.
Es importante comprender que la lactancia materna no es sólo alimentación; es calor, es seguir escuchando los latidos del corazón de mamá y oler su aroma, es contacto, es vínculo, es seguridad, es protección. Dar el pecho sí, es todo eso. Ahora bien, si por alguna razón no se dio el pecho, no es para agobiarse o castigarse, el vínculo se mantiene y se fortalece estando con nuestro hijo/a, dándole el biberón en brazos, viéndolo/a y tocándolo/a, estando ahí presente, realmente presente.


La maternidad/paternidad es magia, creación, temor, incertidumbre, vínculo, amor…… es cansancio.


Qué bien vendría que, cuando las mujeres se encuentran agotadas, su entorno les devolviera algo así como: ¿Estás agotada? No pasa nada, ¿te sientes más cómoda estando en pijama? Quédate así y deja que te cepille el cabello, que te de un masaje en los pies...

La maternidad/paternidad implica compañía, paciencia y aprendizaje. Los/as hijos/as convierten a las mujeres en madres y a los hombres en padres. Las mujeres y los hombres convierten a nuevos seres en sus hijos y detrás de estas palabras: MADRES/PADRES E HIJOS/AS se sujeta todo un universo, en el que nos movemos y vamos aprendiendo que los bebés (niños y niñas) pasan por etapas, poco a poco regulan sus horas de dormir. Es importante que las madres se tomen las cosas con calma, se pueden quedar en la cama dormidas al lado de su bebé. Los pendientes domésticos ahí estarán en casa, esos saben esperar, no pasa nada por tener platos sucios, ropa que lavar, etc.


Poco a poco “las cosas” se van colocando, las horas que se hacían eternas por las noches porque no dormía, porque estaba enfermo/a y miles de porqués se van transformando, los hijos/as han crecido y han empezado a diferenciarse de ti, ¡enhorabuena!


Los berrinches o rabietas, son necesarios y forman parte de "afianzar su yo”, paulatinamente las madres ayudan a poner nombre a sus emociones, los niños/as necesitan que se les hable, que estemos cerca no lejos, aunque vaya creciendo y se desplace por sí mismo/a aún necesita a mamá, a papá, a su principal cuidador/a.
Aprenderán a regular sus emociones en la medida en que vean como los adultos, gestionamos los conflictos que se presentan, ellos y ellas aprenderán a resolver los suyos través de ese “modelado”. 

Y, el apego aflora y permanece, ese vínculo emocional entre el niño/a y sus progenitores, se vuelve más fuerte, se debilita, sufre transformaciones. Y esto es normal, puesto que ese cuerpo inicial compartido por dos personas, esos seres fusionales durante el embarazo y durante los primeros años de vida de cualquier niño/a, va saliendo, diferenciándose para habitar “el mundo exterior”, comprender que, estamos inmersos en una sociedad, la cual moldeará en alguna medida nuestra forma de ser, de pensar.


La teoría del apego, concebida hace más de cincuenta años por el psicoanalista británico John Bowlby y validada científicamente por la psicóloga estadounidense Mary Ainsworth, especialista en desarrollo, esta teoría se encuentra en auge. Los expertos en los campos de la psicología, la neurociencia, la sociología y la educación mencionan que el supuesto subyacente de la teoría, que la calidad de nuestros apegos tempranos influye profundamente en nuestro comportamiento adulto y tiene una repercusión especial en una época en la que la gente parece más apegada a sus diferentes dispositivos móviles que a la demás personas.


Hacia el final del primer año de vida ya ha quedado marcada en los cerebros de los bebés una plantilla bastante indeleble sobre cómo pensarán que funcionan las relaciones, con base en la manera en que fueron tratados por sus padres u otros cuidadores importantes. Desde un punto de vista evolutivo, esto tiene sentido porque se debe descubrir pronto cómo sobrevivir en el entorno inmediato.

“Nuestro sistema de apego da preferencia a lo que ha visto de acuerdo con lo sucedido en el pasado”, dijo Amir Levine, coautor del libro Attached, quien explora la manera en que las conductas de apego afectan a la neuroquímica del cerebro.


Aspecto que, sin duda, influirá en el estilo de crianza que estableceremos con nuestros hijos/as. Pero, esto no significa necesariamente que el destino esté marcado y por ende que no se pueda cambiar. En este punto, es importante, echar la mirada en dos direcciones: la primera, que se explore el sistema de apego del que provengo ¿cómo? Una de las maneras es a través de la psicoterapia; examinando sobre nuestro estilo de apego y los comportamientos de sabotaje asociados, así como haciendo consciente la vulnerabilidad y la autonomía experimentada en nuestras distintas relaciones. Y, la segunda, deteniéndome a observar para ser un poco más consciente del apego que estoy desarrollando mis hijos/as, qué patrón se repite de manera mecánica, identificarlo y poder modificarlo.


Echemos un vistazo a las categorías y a sus características, para ir haciendo este “ejercicio” de autobservación e identificar también qué hacen nuestros hijos, qué nos dicen con sus conductas.

Los/as niños/as seguros se enojan cuando sus cuidadores principales se van, y se acercan a ellos con los brazos abiertos cuando regresan. Abrazan con fuerza al cuidador, quien puede calmarlos pronto. Un adulto con apego seguro también busca consuelo y apoyo en un ser querido cuando, por ejemplo, no lo tomaron en cuenta para un ascenso en el trabajo o se siente vulnerable y herido. Además, está listo para actuar de manera recíproca si la situación se revierte, ya que se siente correspondido en el amor y la relación. Le gusta compartir tiempo con su pareja, pero también sabe darle sus espacios. Disfruta de la intimidad y cercanía en una relación, no vive con la preocupación de que su pareja vaya a dejarle, en caso de ruptura le duele, pero es capaz de aceptar poco a poco la separación.


Los/as niños/as en el extremo inseguro-ansioso del espectro se molestan cuando los cuidadores se van y pueden acercarse a ellos cuando regresan. Pero no se calman con facilidad, por lo general porque su cuidador ha demostrado ser una fuente poco confiable de consuelo en el pasado. Pueden patalear y arquear la espalda como si estuvieran enojados. En la edad adulta, tienden a obsesionarse con sus relaciones y es posible que sean muy dramáticos con el fin de obtener atención, tienden a basar su felicidad en la relación, temen a ser abandonados, necesitan estar constantemente con su pareja, gastan energía emocional en pensar en la relación, sienten que la pareja no les ama como debería hacerlo, tienden a interpretar erróneamente lo que hace o dice su pareja.

Los/as niños/as inseguros-evitativos no registran su estrés cuando el cuidador se va (aunque sus hormonas del estrés y su ritmo cardiaco estén elevadísimos) y no muestran mucho interés cuando el cuidador regresa porque están acostumbrados a que se les ignore o rechace. Otra opción es que un padre/cuidador los haya asfixiado con demasiada atención.
Los adultos inseguros evitativos tienden a tener problemas para intimar y es más probable que terminen las relaciones, en especial si les está yendo bien. Tienden a ser distantes y fríos, temen al compromiso, les cuesta expresar sus emociones, valoran demasiado la independencia y la autonomía personal, la pareja no suele ser su prioridad y suelen tener relaciones superficiales.


Por último, los/as niños/as y los adultos inseguros-desorganizados tienen comportamientos tanto evitativos como ansiosos de manera ilógica y errática. Esta conducta es por lo general el resultado residual de situaciones en las que el cuidador durante la infancia era amenazante o abusivo. Se mueven entre relaciones de amor-odio, conflictivas y dramáticas, son inestables y presentan altibajos emocionales, pareciera a veces que no hay conexión entre los que hacen y los que sienten, por un lado experimentan temor a ser abandonados, pero por otro les cuesta tener intimidad.

“Es posible que la gente deba verse como un continuo a través de las distintas categorías” sostiene Glenn Roisman, director del Laboratorio de Investigación en la Universidad de Minnesota.
Expertos como Peter Fonagy, psicólogo y psicoanalista inglés, afirma que: “necesitamos del contexto social para mantener nuestro sentido de seguridad”, esto indica entonces que, las personas en las categorías de inseguridad pueden tornarse más seguras cuando establecen relaciones cercanas con gente segura y, las personas seguras pueden serlo menos si están con personas inseguras. Nada es estático, si sabemos comprenderlo será más sencillo ir hacia adelante.

“Tus padres te han dado la oportunidad de nacer, pero eres tú el que deseas vivir….” Francoise Dolto.

Todo esto forma parte del nacimiento de nuestra salud mental; comprender la relevancia que tiene el embarazo, los primeros años de vida, nuestros vínculos, nuestro entorno. Todo lo que la maternidad envuelve, se trata de que las madres fluyan, observen, se tranquilicen, todo llegará en el momento adecuado; cuando estén preparados para gatear, caminar, controlar esfínteres, dejar la lactancia....

El desarrollo, la salud mental se trata de “vivir” de manera respetuosa en cada etapa, en cada momento, estando, acompañando, compartiendo, enseñando, potenciando los cambios, cuestionando, aceptando, adaptándonos, aprendiendo… siendo resilientes. Y quizá, si nos tomáramos las cosas de esta manera tendríamos más estabilidad, plenitud y satisfacción en nuestra vida.

 

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta.

 

Fuentes:

Bowlby, John. (1993). El apego. España. Paidós.
Gutman, Laura. (2014). La maternidad y el encuentro con la propia sombra. Buenos Aires. Argentina. Planeta.
González. Carlos. (2010). Un regalo para toda la vida. Madrid. España. Planeta.
MacDougall, Jane. Dr. (2009). Embarazo semana a semana. Barcelona. España. Grijalbo
Odent, Michel. (2015). El bebé es un mamífero. España. Ob Stare
Odent, Michel. (2011). Las funciones de los orgasmos. España. Ob Stare Odent, Michel. (2009). La vida fetal, el nacimiento y el futuro de la humanidad. España. Ob Stare.
Verny, Thomas y Kelly, John. (2009). La vida secreta del niño antes de nacer. España. Urano
N. (1998). A Doula Makes the Difference. Mothering Magazine. , March-April.

la maleta de mi abuela

Y entonces un/a abuelo/a dijo: “Yo estoy hecho/a de: experiencias, recuerdos, alegrías, disgustos, decepciones, amor, aprendizaje, resignación, adaptación, tenacidad.....”

¿Qué guardan los/as abuelos/as en su maleta? Algunos/as cargan una maleta gigante, un costal, un saco, algunos/as un baúl y otros/as simplemente su bolso o cartera.
Cargar o llevar una maleta o cualquier otra cosa de las anteriores mencionadas, es utilizado en este caso, como algo simbólico que posibilita explorar lo que las personas van guardando en su “mundo interno”, en su vida.

“ESTOY HECHO/A DE:” es una dinámica que llevé a cabo en mi trabajo con adultos mayores. Como parte de los temas que imparto en los talleres sobre desarrollo personal y bienestar psicoemocional, exploramos lo “que traemos dentro”.


Confeccionaron un “costalito” en el que depositamos semillas y piedras de distintos tamaños, algodón, plumas, varitas, trozos de tela, cosas rígidas, flexibles, y suaves .... todo lo que nuestra imaginación permitía. Las semillas y/o piedras dentro del costal, representaban momentos gratos, nuestra fortaleza o problemas, el algodón, los trozos de tela representaban la bondad, solidaridad, aceptación. Las plumas, las ligas o gomas, y alambres muy delgaditos, representaban la flexibilidad, la capacidad de adaptación, la movilidad. Lo rígido representaba aquellas partes de nuestra personalidad que no han cambiado ...... todo lo que hay dentro del costal adquiere un significado muy particular para cada persona. Otro aspecto muy importante fue que, se les explicó como parte de la dinámica que: “del costal se pueden sacar unas cosas y meter otras”, no es hermético.... dentro de él existe un flujo capaz de moverse, cambiarse de posición, renovarse ... como nuestra vida, que cambia y evoluciona. El dolor aparece cuando rechazamos los cambios que son naturales y necesarios. La inmovilidad indica el fin.


“No es a la muerte a lo que deberíamos temer, deberíamos temer a no empezar nunca a vivir”. Marco Aurelio.


Aún en la vejez, la vida es flujo, movimiento, subir y bajar. Nos reímos y lloramos, deseamos que “lo malo” se detenga, que ese mal momento termine, pero no nos damos cuenta que la marcha continua.. la vida sigue. Nuestro cuerpo, mayormente, se reemplaza a sí mismo cada siente a quince años. Los órganos que trabajan más duro son los que se recambian más rápido, adquirimos una piel completamente nueva cada 2 a 4 semanas, nuestros glóbulos rojos duran menos de medio año, nuestro hígado se renueva al menos una vez cada dos años, estamos cambiando siempre, pero nos aferramos a querer estar siempre igual, a ser los mismos. En el viaje de la vida, pasamos por el dolor y el placer, por pérdidas y ganancias, pero tenemos que aprender a superar y a avanzar una y otra vez, si tratamos de resistir, porque la vida misma continuará empujando hacia adelante, siempre. Los altibajos son inevitables. Podemos cambiar la forma en que lo vemos.

“Cuando cambiamos la manera en que miramos a las cosas, las cosas que miramos cambian”. Wayne Dyer, psicólogo.

 

Fue sin duda, una dinámica conmovedora e impactante que les brindó la posibilidad de recolocarse, limpiarse y nutrirse. Al final de esta dinámica, una persona me dijo: “si desde niños/as nos enseñaran a no temer a la muerte, a la vulnerabilidad, a dejar de aferrarnos....envejeceríamos mejor.” Efectivamente, y yo te pregunto ¿por qué esperar a envejecer para reconciliarte contigo mismo/a?


¿Y tú, de qué estás hecho/a?

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

Es momento de partir…. de dejar nuestra tierra.

migracin y resiliencia

Posiblemente conseguimos una beca para seguir estudiando, a nuestro padre/madre, pareja o a nosotros/as nos ofrecen trabajo en el extranjero, lo aceptamos y llegamos en pareja o familia. Un cambio para todos. Muchos/as otros/as simplemente se lanzan a la aventura, continuar con sus estudios, buscar otras oportunidades laborales, una creencia impulsa a buscar una mejor calidad de vida en otra parte, apoyar a la familia que dejamos, unos/as llegan en “mejores condiciones” porque tienen “un puesto asegurado de trabajo”, y …. cosas pasan en el camino que no habíamos pensado, otros/as llegan sólo con la reserva de hotel por unas noches, para después buscar una habitación en alquiler.

Con nuestra mochila al hombro emprendemos nuestra aventura; un día, por diferentes motivos, decidimos "dejar" nuestra casa, familia y amigos para irnos a otra tierra y empezar de nuevo.

Y ¿qué cosas nos llevamos? Cosas que en un principio consideramos adecuadas ya que pensamos que funcionarán, son necesarias, nos podrían sacar de algún apuro o de algún antojo desorbitado y encontramos en nuestra maleta: una lata de chiles en vinagre, una salsita casera, "un ejemplar" de nuestra golosina favorita, un paquetito de tortillas. Nuestras ilusiones enrolladas en nuestro título profesional, y dependiendo de nuestro destino final, nuestro abrigo más calientito, que resulta insuficiente para soportar el invierno....

Y llegamos.... con nuestra mochila en los hombros o arrastrando maletas con rueditas, nadie nos espera, nadie nos recibe, somos un extranjero más que se "pierde" entre los nacionales, llegamos sin enchufes, sin ventajas.

Sorpresa, admiración, ilusión, extrema felicidad.... sentimientos que muchos/as experimentamos durante las primeras semanas, y poco a poco esto se transforma al pasar los meses, en los cambios de estación. Muchos/as quisimos tirar la toalla más de una vez y agarrar el primer avión cuando nos sentíamos sin aliento y no teníamos a nadie cerca que nos ayudará a pasar esa gripe que nos deja devastados/as. Cuando en nuestra búsqueda de empleo, el golpe de "esta realidad" nos golpeó ya que " nuestra experiencia y/o estudios no eran equivalentes", debíamos prepararnos más, tomar más cursos, más certificaciones, homologar.... Empezamos "desde abajo, mesereando", y con esta experiencia aprendimos a VALORAR y darle otro significado al trabajo, aprendimos que cualquier trabajo es digno, y aprendimos a ser verdaderamente empáticos/as o por el contrario, el coraje, la impotencia y la frustración ganaban terreno. Gastamos todo lo que nos quedaba en tarjetas, "locutorios" y cuánto medio nos permitiera seguir en contacto con los que se quedaron en casa.

¡Y se acercaba nuestro cumpleaños! O.... Navidad... Muchos/as tuvimos que autocantarnos las mañanitas cenar solos/as en Navidad, ver una peli en año nuevo para pasar la noche y olvidar un poco.

Al estar "lejos" vamos perdiendo los momentos importantes en la vida de nuestros seres queridos. Somos los/as eternos ausentes en las bodas, nacimientos, graduaciones, incluso en los funerales. Las redes sociales son nuestras grandes aliadas, una pantalla ahora es nuestra mejor amiga y la que nos muestra parte de lo que pasa con los nuestros. Aprendimos a hacer algo "mágico" para que esa imagen que vemos en la pantalla del celular (móvil) o de la compu (ordenador) la pudiéramos sentir físicamente, anhelando que ese beso mandado a través de ella, llegará hasta nuestra mejilla con el calor y contacto de la otra persona.

Hemos hecho nuevos amigos, una nueva familia o hemos sido adoptados por la de otros cuando ha sido posible. Nos hemos acostumbrado al clima, a la redes de trasporte público, en ocasiones nos sorprendernos por el precio del mismo cuando “convertimos euros a nuestros pesos”, dejamos de hacerlo cuando vemos las ventajas y facilidades que nos brinda. Empezamos a hablar otro idioma o tenemos otras palabras para nombrar a ciertas cosas. Empezamos a “hablar raro”, al principio no nos entienden en el país al que llegamos y pronto se ríen de nosotros cuando hablamos “con los que se quedaron”. Aprendimos a caminar con las manos fuera de los bolsillos, ya no es necesario ir sujetando el celular (móvil), algunos/as de nosotros/as nos sorprendernos en los hospitales públicos al observar las instalaciones, el trato recibido. Si te enfermas, estarás bien atendido/a y no te costará un ojo de la cara. También hemos aprendido a apagar la luz, nunca se nos olvida hacerlo cuando salimos de la habitación o incluso aprovechar lo más que se pueda la luz natural, dejamos las frutas tropicales para momentos especiales, ya que implican un lujo, modificamos nuestro gusto con sabores locales.

Hemos aprendido a cruzar donde se debe, conducir como se debe, bajar y subir donde se debe, nos vamos acostumbrando al silencio por un lado y a los gritos en los bares, a ver los columpios puestos en los parques. Cuando caminamos por la calle y escuchamos a lo lejos un mariachi empezamos a seguirle para ver dónde va a tocar algo. Cuando los escuchamos, "nos ponemos chinitos" (se eriza nuestra piel).

Somos hormiguitas ahorradoras para organizarnos unas vacaciones a nuestra tierra, con la esperanza de poder hacerlo por lo menos una vez al año, y cuando estamos ahí hemos aprendido a ser pacientes y comprender que ellos siguen con su vida, trabajo y que posiblemente los fines de semana no sean suficientes.

No somos millonarios porque ganemos en euros. Somos gente "echada pa lante", aquí y en nuestro país. Somos resilientes, “capaces de adaptarnos a situaciones adversas recuperando nuestro estado inicial cuando aquello amenazante ha cesado”. Aprendemos que, las circunstancias difíciles nos permiten desarrollar recursos que tenemos latentes pero que desconocíamos.

A nosotros/as también nos duele nuestro país aunque no estemos en el por mucho tiempo. Somos testigos de su cambio, para bien o para mal. Somos unos/as nostálgicos/as permanentes porque añoramos el lugar donde nacimos y crecimos, nos fuimos en busca de nuestro destino, no huyendo de nuestras raíces.

Algunos/as somos abiertos, y nos gusta conocer a personas de otras nacionalidades para intercambiar tradiciones, costumbres, gastronomía y hablar de lo bello y espectacular que es el país de cada uno.

Sufrimos y temblamos preguntándonos si nuestros seres queridos están en casa sanos y salvos cuando nos enteramos de malas noticias.

 

El tiempo pasa y cosas pasan, las superamos, unas veces “fácilmente” y otras no tanto. Poco a poco nos “acostumbramos” y se “acostumbran a nuestra ausencia”.

Quizá emigramos solos/as, en pareja o en familia. En cualquiera de los escenarios anteriores, cada persona siente de forma distinta, su adaptación es distinta, su duelo es distinto. Es necesario saber esto para poder entenderlo, aceptarlo y gestionarlo. Al final comprendemos que, todas las “piedras” que encontramos en nuestro camino, nos han fortalecido y enriquecido. Hemos crecido.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

 

 

     

indefensin aprendida

Te encuentras en algún sitio y te das cuenta que, el aire que respiras ahí te presiona, te sientes pequeña(o), desamparada(o), como si estuvieras encerrada(o) en un diminuto cubo que impide que tengas acceso a una ventana, a la luz, a la claridad. Situación que antes posiblemente no te incomodaba, ahora sí pero permaneces ahí, porque los esfuerzos que has hecho para salir han sido inútiles, ya no tienes fuerza. ¿Te has sentido así? Si es así, estás frente a una situación importante que debes atender, llamada “indefensión aprendida”.


Martin Seligman, psicólogo y escritor estadounidense, estudió los efectos que producían en animales una sería de choques eléctricos inescapables. Desarrollaban un patrón de conductas y de cambios neuroquímicos semejantes a los de la depresión, fenómeno que nombró como desamparo o indefensión aprendida.


La teoría de Seligman, dice que estas conductas se desarrollan sólo cuando no hay esperanza de poder controlar la situación aversiva, existe la pérdida de control del ambiente. Esta situación es fruto de una historia de fracasos en el intento de querer cambiar o modificar los escenarios amenazantes y una historia de reforzamientos sobre una base insegura que no ha permitido que la persona aprenda las complejas aptitudes necesarias para controlar el ambiente.


¿Qué factores pueden entrar en juego para que una persona experimente indefensión aprendida?


No existe UNA situación en específico que genere indefensión, “la realidad” es interpretada y percibida de manera distinta para cada persona, es decir, encontraremos que se conjugarán una serie de elementos ambientales, relacionales y constitutivos que pueden favorecer o no su aparición y desarrollo. Algunos “factores precipitantes” que encontramos pueden ser cuando la persona está continuamente expuesta a una seria de circunstancias adversas como: patrones relacionales disfuncionales en la familia nuclear donde la violencia es normalizada, nula educación emocional, sobrecarga en el trabajo sin llegar a objetivos, falta de apoyo de seres queridos y cercanos durante tiempo prolongado, presión escolar, marginación o rechazo social. La persona “se va adaptando”, normaliza estos hechos, no se siente merecedora de una situación diferente, existen creencias negativas arraigadas desde hace bastante tiempo que generan pensamientos limitantes desembocando conductas paralizantes.


Pueden presentarse “sutiles” señales de alarma a las que debemos prestar la atención debida ya que nos pueden ayudar a detectarlo para impedir que la persona sufra un deterioro mayor. Cuando existe un rechazo en la iniciación de tareas voluntarias, como por ejemplo: comer, asearse, ir a trabajar, al colegio; hasta que poco a poco se abandonan (no hay motivación), y tras ello se presentan estados de ansiedad y extrema tristeza hasta el punto en el que la persona es incapaz de vislumbrar ciertas soluciones a problemas que le atormentan, cuando observamos déficits en los aspectos motivacional, emocional y cognitivo, muy probablemente es porque la indefensión se esté haciendo presente o que ya se sufre de ella.


¿Qué imposibilita a una persona para salir de esto? Es porque cuando se encuentra en esta situación tiene una afectación integral no sólo en los ámbitos motivacional, emocional y cognitivo, sino también a nivel fisiológico. En resumen, toda su persona, los distintos ámbitos psíquicos y somáticos se suman en dicho síndrome. En consecuencia, no bastará con tomar la decisión de romper con el ciclo negativo, se requiere de un equipo multidisciplinario que contenga para hacer frente y ayudar a la persona a “salir de esto”. Los/as psicoterapeutas, son parte fundamental de este equipo.


A modo preventivo, es crucial conocer los medios en los que nos hemos desarrollado y crecido, a lo que hemos estado expuestas(os), a las fuertes expectativas que nos han depositado y/o que hemos generado de nosotras(os) mismas (os), a estar alertas en todo momento cuando o como se pueden vulnerar nuestros límites. Comprender la forma en que se desarrolló dicho fenómeno será parte vital para poder ayudar a las personas lo sufren.

Vanessa Maillefert Rovira.
Psicoterapeuta.

 

 

 

 

¿Te ha pasado que te sientes “rechazado/a” y/o señalado/a en tu propia familia de origen? Tus ideas, pensamientos o actitudes “chirrían” con la de los demás, ¿eres una persona que va “contra corriente” de lo que se dice o se hace en la familia?


Hay familias que se “estructuran” a través de distintos conflictos que pasan de generación en generación. Por ejemplo, familias en donde la mayoría de los miembros no alcanzan el éxito laboral, truncan sus estudios, familias que pareciera que su “talón de Aquiles” es la carencia, la falta de dinero; por más que hacen, no consiguen salir de la pobreza, y un buen día “alguien” es distinto, se plantea metas, hace grandes esfuerzos, consigue cosas, es exitoso/a. Ese “alguien” es señalado/a, la familia se pregunta cómo lo ha hecho y no da crédito, enseguida esta persona es excluida. Cabe señalar que, en este mismo caso, puede suceder lo contrario; es decir, los miembros de la familia “se quieren aprovechar” y sacar la mayor ventaja posible, depositando así toda la responsabilidad económica en quien lo ha conseguido, a modo de “mandato” se espera que sea la salvadora del sistema. En este caso, estaríamos frente a un movimiento familiar distinto, que nada tiene que ver con ser “la oveja negra de la familia”, sin embargo considero necesario mencionarlo para dar lugar, más adelante en otro artículo, para plantear las “cargas inconscientes que nos depositan y que aceptamos”.


Volviendo a “los/as señalados/as”, otras familias llevan en sus raíces (historia) una serie de situaciones muy bien fortalecidas por un silencio destructivo transformado en fidelidad y lealtad. En donde los abusos (de sustancias y/o sexuales), secretos y complicidades manipuladoras son perpetuados por los miembros de la familia. Pero, “alguien” se revela, hace algo distinto. ¿Se quiere “salvar”? ¿Quiere “salvar” a otro miembro? ¿Está dando un giro importante a este sistema familiar a través de una protesta que es leída por los/as demás como rebeldía? ¿Está abriendo y mostrando otros caminos o modos en donde la funcionalidad pareciera vulnerar ese “estatus quo de enfermedad”?

contra corriente

De acuerdo con Bert Hellinger, el sistema familiar está dirigido por una conciencia común que une a todos los miembros, preocupándose por los derechos de cada uno y velando porque nadie sea excluido. La “fuerza” que ejerce el sistema familiar en los miembros es bastante importante, de ahí la complejidad en impedir “que alguien haga algo distinto o sea distinto”, pues donde algún miembro es olvidado y menospreciado, se desarrollan identificaciones e implicaciones sistémicas.


Entonces, se pone en juego la “lealtad” por querer seguir siendo “parte de” y “huir de”; el miedo puede ganar terreno puesto que enfrentarse a la soledad imposibilita la acción para “salir de”, dado que de forma natural, los seres humanos no estamos muy habituados a ella. Cuando dentro de nuestra familia nos sentimos olvidados, las implicaciones sistémicas inconscientes, pueden causar trastornos psíquicos, enfermedades, conductas conflictivas o la incapacidad de avanzar. Nos encontramos ante una importante paradoja. “Si me quedo me enfermo, si me voy estaré solo/a y enfermaré”. ¿Qué hacer frente a esto?


Identificar, analizar y actuar; es decir, si dentro de tu sistema familiar detectas que eres distinto/a, crees que se puede hacer de otra manera, has detectado o has sido parte de etiquetas, abusos, secretos, mentiras y/o manipulaciones, es momento de sentirte orgulloso/a de ser “una oveja negra”.


Las llamadas “ovejas negras” de la familia son, en realidad, buscadores natos de caminos de liberación para el árbol genealógico. Aquellos miembros del árbol genealógico que no se adaptan a las normas o tradiciones del sistema familiar, aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general, son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras. Las ovejas negras, las que no se adaptan, las que gritan rebeldía, reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama. Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros se manifiestan en su rebeldía buscando realizarse. El árbol genealógico, por inercia, querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico, lo cual hace una tarea difícil y conflictiva. Que nadie te haga dudar, cuida tu rareza como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño realizado de todos tus ancestros. Bert Hellinger.


Si, el amor a la familia nutre y enriquece pero, ¿estás seguro/a de que es AMOR? ¿Qué idea se tiene de amor, de lealtad, de fidelidad, a costo de qué? Lo de “amar” incondicionalmente a la familia es un mito, hay personas que crecen en familias disfuncionales y decirles que se tienen que quedar ahí y amar incondicionalmente a su familia es obligarles a que acepten sus comportamientos abusivos y tóxicos, nadie debe querer por obligación.


Es válido alejarse, separarse e incluso despedirse de relaciones y de comportamientos nocivos si se hace desde el verdadero entendimiento (el correcto conocimiento y análisis). Debemos tener presente que, muchos comportamientos no son explicables por la situación actual de una persona sino que, se remontan a distintos sucesos durante su desarrollo; en su familia de origen, a vivencias de sus padres y antepasados más lejanos, aun cuando estos están muertos.


De lo que se trata es de restituir a cada uno en el sistema, respetando su particularidad y su destino, de esta manera todos en la familia encontrarán la fuerza propia.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

 

 

 

UNA/UN PSICÓLOGA/O ES….


Una persona que tiene vocación por promover y mejorar la salud mental aumentando así el bienestar de las personas. Vocación es: esa “llamada interna”, inspiración, inclinación e interés que se siente para dedicarte a escuchar, para poder atender, cuidar, acompañar y ayudar a los demás.


unapsicologaesAlgunas personas tienen la “falsa creencia” que “damos consejos o sugerencias”, esto no es así. Somos profesionales. Para poder ejercer éticamente nuestro trabajo, mínimo nos dedicamos a estudiar cuatro o cuatro años y medio años en la licenciatura, con horas de prácticas desde este momento, a esto se añaden “algunos” años más de especialidades, diplomados, maestrías o máster y doctorado. Entre los diversos cursos y actualizaciones que hacemos en el camino. Durante estos estudios, aprendemos: cómo se desarrolla y funciona el cerebro humano, qué impacto tienen las hormonas, los psicofármacos y las drogas en nuestro cuerpo y en el comportamiento, cómo se produce el aprendizaje, cómo se procesa la información que recibimos, cómo se influyen las personas unas a otras, cómo se producen las emociones, así como los medios que podemos emplear para gestionarlas cuando son desproporcionadas y/o afectan a la persona y/o a terceros, cómo fomentar habilidades personales e interpersonales, identificamos los hábitos, conductas y/o actitudes dañinas para la salud y para las relaciones, que trastornos, problemas o crisis pueden aparecer durante el desarrollo humano y cómo tratarlos. El objetivo es mejorar y elevar la calidad de vida de nuestros pacientes en diversas esferas, esto se desarrolla y se va logrando gracias y a través del trabajo psicoterapéutico, en donde, ante una situación estresante o de crisis, las/los psicólogas/os, te escuchamos, acompañamos, tranquilizamos y ayudamos. Comprendemos y transmitimos conocimientos útiles para proporcionar recursos que ayudarán a generar cambios más funcionales, satisfactorios y duraderos. Somos una guía para que el andar sea más sencillo, para que “se libere espacio mental tras una buena limpieza y reacomodo” y se tenga sitio para albergar felicidad, nuevos proyectos, metas y mejores relaciones interpersonales.


Las personas que no han tenido contacto previo con ningún/a psicólogo/a, deben informarse muy bien sobre la formación reglada que posee, así como experiencia. No es válido, ni mucho menos ético tomar “unos cursos” relacionados con “algo” de psicología y pretender que se tiene el soporte teórico-práctico, así como la facultad y las herramientas para dar psicoterapia.


En muchas ocasiones ocurre que, consultan a una persona que quizá no tenga la formación y experiencia pertinente y eso podrá ocasionar, en la mayoría de los casos experiencias negativas sobre “la psicología”. Es por ello importante que, cuando alguien decida iniciar un tratamiento psicológico se informe de manera amplia sobre el/la profesional que le atenderá.


Recuerda que, es un camino de conocimiento y crecimiento altamente satisfactorio.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, de pareja y familiar.

 

 

VIOLENCIA EN LA VIDA COTIDIANA
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA DEJAR DE NORMALIZARLA?

Entendamos violencia como: “la exposición intensa y/o repetida de actos físicos sensoriales y/o emocionales que perturban el equilibrio y estabilidad de un sujeto haciendo que se sienta inseguro, indefenso, impotente, vulnerable, con una ansiedad intolerable y a menudo sin recursos para hacerle frente”.

Los seres humanos participamos dentro de un mundo polarizado que permite el discernimiento: algo es bueno con relación a lo malo o viceversa. No es necesario ir demasiado lejos para observarlo, por ejemplo en las películas infantiles (aparte de los mensajes "subliminales" que se encuentran dentro de ellas y también porque no decirlo, la transmisión de valores, encontramos "figuras" de princesas y de brujas, de súper héroes y enemigos, que refuerzan de modo sutil la polaridad.

 

1violenciaenlavidacotidianaEl ser humano como portador de «múltiples energías» suele identificarse con algunas de ellas que colocamos en nuestra «consciencia», aquellas con las que no nos identificamos pero que siguen siendo "parte de nosotros", no desaparecen, sino que van a parar a algún fuera de la conciencia. Digamos que es una parte del «sí mismo» que la conciencia no está dispuesta a aceptar como propia, entonces la relega a la «sombra» o lo proyecta. ¿Dónde? En las personas cercanas o en los acontecimientos.

De modo sencillo, podemos decir que lo proyectado, generalmente, es aquello que desde la conciencia consideramos malo, feo, inútil, enfermizo, etc. Si lo proyectamos fuera, «el otro» es malo. Y esto sin duda nos tranquiliza, porque significa que «nosotros somos buenos».

Varias teorías psicológicas de diversos autores sostienen y coinciden con lo anterior; Laura Gutman, terapeuta familiar argentina, en su libro La familia nace con el primer hijo, capítulo 10, expone: «La violencia se genera a partir del desconocimiento de la totalidad del sí mismo. La violencia aparece cuando mi conciencia cree que hay algo allá afuera que es necesario destruir».

Con lo anterior resultará más sencillo observar entonces, la cotidianidad de algunas formas de violencia con las que nos vamos relacionando sin hacer los cuestionamientos o mejor dicho, los altos necesarios para cambiar determinadas situaciones. Podemos encontrar formas "muy sutiles" de violencia, pero que sin darnos cuenta van ganando terreno haciéndose parte de nuestro actuar cotidiano, por ejemplo cada vez que desacreditamos, despreciamos, nos burlamos, nos desinteresamos, ejercemos nuestro autoritarismo, humillamos, amenazamos, controlamos e ignoramos estamos ejerciendo un tipo de violencia "pasiva", pero muy profunda y perjudicial. Esta "forma" muchas veces resulta imperceptible, porque para llevarla a cabo no se necesita gritar o dar golpes. Aunque en ocasiones todo lo anterior se da en conjunto.

Quiero hacer ahora, especial énfasis cuestionando algunas prácticas que se observan muy a menudo dentro de las familias, esperando que abran los ojos y tomen las riendas del cambio en beneficio de todos.
Imaginemos que su hijo/a tiene por ejemplo 16 años (o quizá menos) y sale con alguien... y observan que "esa persona" cada vez que se ven o que están juntos le dice en tono imperativo "dame un beso", "déjame tu móvil", "ven aquí ahora", "contéstame", "ahora no me hables" "no me molestes", "cállate", "eres tonto/a", y podría seguir con ejemplos, lo que quiero cuestionar es: ¿como padre/madre te gustaría escuchar que otro/a hable de esa manera a tu hijo/a? Seguramente el solo hecho de pensarlo a cualquier madre/padre los rebasaría y harían lo que fuera para frenarlo y ahora la pregunta es: ¿acaso y de casualidad no te diriges de esa forma a tu hijo/a con frecuencia? Eso no es educar, es violentar. ¿Qué herramientas estamos dando para que el día de mañana pongan límites y gestionen de buena manera sus relaciones interpersonales?

Los/las niños/niñas “absorben” este tipo de situaciones constantes y cotidianas, normalizándolas, permitiéndolas y haciéndolas parte de su vida. En este punto debemos ser críticos y observar que, muchas veces sin darnos cuenta actuamos constantemente de esa manera pero, si por el contrario, hacemos “uso” de ciertas frases más funcionales dependiendo el momento y el contexto para poner límites sería distinto.

Se trata de ir integrando, dejar de polarizar (castigos severos - ignorar). Los/las niños/niñas que “van por libre” y haciendo lo que les apetece, es otra “forma” de violencia, en donde al no poner límites se abandonan las funciones que padres y madres deben ejercer.

Ser padre o madre no es tarea fácil, la buena noticia es que se puede contar con profesionales (psicoterapeutas) dedicados a trabajar con parejas y familias para dar solución a este u otro tipo de situaciones que afectan la salud mental de todos/as.

Invito a observar y cuestionar. La frase “déjame” tu móvil, se escucha más de los hijos hacia los padres/madres, aunque también, existen casos en que éstos últimos dan “este medio” a sus hijos/as sin tener edad para ello lo primero, ya que no son conscientes del peligro que les puede acarrear su uso, la edad legal (en España) para el uso de las redes sociales es de 16 años; segundo cuando los/las padres/madres se los facilitan, se convierten en “perseguidores”, bajo la justificación de que “están al pendiente”. ¿Es necesario y justificable? Debemos observar esto.
Retomando, cuando niños/niñas piden el móvil a su padre/madre o aún peor, cuando se les deja “libremente”, debemos ser cuidadosos y responder a lo siguiente: ¿En qué momento les dejamos el móvil/celular? ¿Cuándo queremos quitarnos de “encima” a nuestros hijos/hijas”? ¿Para que no estén molestando? ¿Para que coman? ¿Qué mensajes se estarán transmitiendo haciendo lo anterior?
Resulta importantísimo detener “el ímpetu” por “enchufar” a nuestros hijos/hijas. Es indispensable la supervisión de los padres cuando usen internet. El ordenador, siempre a la vista. Si se les permite que tengan acceso a un aparato PERSONAL (de papá o mamá) que sirve para comunicarse, para trabajar y otras muchas cosas, el día de mañana les será complicado “comprender” que el móvil/celular NO se debe dejar a sus amigos/as y/o a su pareja. No tenemos claro el alcance que esto puede llegar a tener. Si desde edades tempranas se les permite que “jueguen”, que lean las conversaciones, que vean videos y se les enseña a desbloquearlo o se les facilitan las contraseñas, ¿Cómo se pretende que puedan defender parte de su intimidad? Luego, no será “raro” encontrar casos, en donde los/las chicos/chicas tengan problemas con sus respectivas parejas porque piensan que “revisar” el móvil/celular sea algo “normal”. A esto perfectamente se pueden ir añadiendo los “tonos o modos de decir las cosas”, hasta que, tenemos enfrente una situación violenta de la que probablemente será complicado salir.

Otro ejemplo muy habitual sería cuando papá/mamá tienen “un mal día” en el trabajo, llegan a casa y lo descargan con su esposa/marido e hijos/hijas, cuando de pronto los/las niños/niñas están jugando y hacen mucho ruido, se reclama por eso a la pareja, la pareja se frustra y también lo descarga de alguna otra forma. Se genera un ambiente tenso, se van a la cama enfadados, o por la mañana ocurre “algo” que desestabiliza al/ a la padre/madre, lo depositan nuevamente en los/las pequeños/pequeñas, llegan al cole y ¿qué pasa? Pues que muy probablemente se genere un conflicto entre pares, llegan a casa cuentan que el/la profe les ha reñido y el círculo da otra vuelta….Un ejemplo más podría ser: ¿Cómo se relacionan papá y mamá? ¿Se permiten los manotazos o ciertas expresiones corporales a modo de “juegos”? Estas situaciones como muchas otras, sirven para reflejar las formas más sutiles en que la violencia se comienza a normalizar.

Si no nos responsabilizamos, cuestionamos y entendemos ciertas pautas de relación violentas que establecemos día a día, será complicado frenarla. Estamos acostumbrados a “pedir” al/ a la otro/otra, y ¿cuánto damos? Esta es un invitación para que comencemos a observar lo anterior, a comprender que es muy diferente decir a nuestros/nuestras hijos/hijas “dame un beso” (de modo imperativo) a cambiarlo por “que tengas un buen día hijo/hija, te voy a DAR un beso antes de que entres al cole o vayas a…. O por otro lado, si tu hijo/hija se aleja porque está jugando, te “reto” a que cambies y, en lugar de llamarle gritándole para que vaya, acércate y háblale, no cuesta trabajo, solo te tienes que desplazar.

Una invitación a cambiar nuestros “modos” de hablar y las palabras que empleamos con los demás, no sólo dentro de casa, a dar lo que esté en nuestras manos antes que exigir, a evitar los gritos, las amenazas y la burla, a ofrecer tiempo de calidad para nuestros/nuestras hijos/hijas, a comprender que hay cosas personales que no se pueden compartir, a enseñar con nuestro ejemplo.

Es imprescindible percibir la dinámica específica de los circuitos de violencia, detectarla en primera instancia, afinar y comprender que cada individuo participa desde el sufrimiento y la incomprensión del sí mismo. Sólo dentro del entendimiento global, será posible que la intervención sea realmente efectiva.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, de pareja y familiar.