¿Te ha pasado que te sientes “rechazado/a” y/o señalado/a en tu propia familia de origen? Tus ideas, pensamientos o actitudes “chirrían” con la de los demás, ¿eres una persona que va “contra corriente” de lo que se dice o se hace en la familia?
Hay familias que se “estructuran” a través de distintos conflictos que pasan de generación en generación. Por ejemplo, familias en donde la mayoría de los miembros no alcanzan el éxito laboral, truncan sus estudios, familias que pareciera que su “talón de Aquiles” es la carencia, la falta de dinero; por más que hacen, no consiguen salir de la pobreza, y un buen día “alguien” es distinto, se plantea metas, hace grandes esfuerzos, consigue cosas, es exitoso/a. Ese “alguien” es señalado/a, la familia se pregunta cómo lo ha hecho y no da crédito, enseguida esta persona es excluida. Cabe señalar que, en este mismo caso, puede suceder lo contrario; es decir, los miembros de la familia “se quieren aprovechar” y sacar la mayor ventaja posible, depositando así toda la responsabilidad económica en quien lo ha conseguido, a modo de “mandato” se espera que sea la salvadora del sistema. En este caso, estaríamos frente a un movimiento familiar distinto, que nada tiene que ver con ser “la oveja negra de la familia”, sin embargo considero necesario mencionarlo para dar lugar, más adelante en otro artículo, para plantear las “cargas inconscientes que nos depositan y que aceptamos”.
Volviendo a “los/as señalados/as”, otras familias llevan en sus raíces (historia) una serie de situaciones muy bien fortalecidas por un silencio destructivo transformado en fidelidad y lealtad. En donde los abusos (de sustancias y/o sexuales), secretos y complicidades manipuladoras son perpetuados por los miembros de la familia. Pero, “alguien” se revela, hace algo distinto. ¿Se quiere “salvar”? ¿Quiere “salvar” a otro miembro? ¿Está dando un giro importante a este sistema familiar a través de una protesta que es leída por los/as demás como rebeldía? ¿Está abriendo y mostrando otros caminos o modos en donde la funcionalidad pareciera vulnerar ese “estatus quo de enfermedad”?
De acuerdo con Bert Hellinger, el sistema familiar está dirigido por una conciencia común que une a todos los miembros, preocupándose por los derechos de cada uno y velando porque nadie sea excluido. La “fuerza” que ejerce el sistema familiar en los miembros es bastante importante, de ahí la complejidad en impedir “que alguien haga algo distinto o sea distinto”, pues donde algún miembro es olvidado y menospreciado, se desarrollan identificaciones e implicaciones sistémicas.
Entonces, se pone en juego la “lealtad” por querer seguir siendo “parte de” y “huir de”; el miedo puede ganar terreno puesto que enfrentarse a la soledad imposibilita la acción para “salir de”, dado que de forma natural, los seres humanos no estamos muy habituados a ella. Cuando dentro de nuestra familia nos sentimos olvidados, las implicaciones sistémicas inconscientes, pueden causar trastornos psíquicos, enfermedades, conductas conflictivas o la incapacidad de avanzar. Nos encontramos ante una importante paradoja. “Si me quedo me enfermo, si me voy estaré solo/a y enfermaré”. ¿Qué hacer frente a esto?
Identificar, analizar y actuar; es decir, si dentro de tu sistema familiar detectas que eres distinto/a, crees que se puede hacer de otra manera, has detectado o has sido parte de etiquetas, abusos, secretos, mentiras y/o manipulaciones, es momento de sentirte orgulloso/a de ser “una oveja negra”.
Las llamadas “ovejas negras” de la familia son, en realidad, buscadores natos de caminos de liberación para el árbol genealógico. Aquellos miembros del árbol genealógico que no se adaptan a las normas o tradiciones del sistema familiar, aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general, son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras. Las ovejas negras, las que no se adaptan, las que gritan rebeldía, reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama. Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros se manifiestan en su rebeldía buscando realizarse. El árbol genealógico, por inercia, querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico, lo cual hace una tarea difícil y conflictiva. Que nadie te haga dudar, cuida tu rareza como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño realizado de todos tus ancestros. Bert Hellinger.
Si, el amor a la familia nutre y enriquece pero, ¿estás seguro/a de que es AMOR? ¿Qué idea se tiene de amor, de lealtad, de fidelidad, a costo de qué? Lo de “amar” incondicionalmente a la familia es un mito, hay personas que crecen en familias disfuncionales y decirles que se tienen que quedar ahí y amar incondicionalmente a su familia es obligarles a que acepten sus comportamientos abusivos y tóxicos, nadie debe querer por obligación.
Es válido alejarse, separarse e incluso despedirse de relaciones y de comportamientos nocivos si se hace desde el verdadero entendimiento (el correcto conocimiento y análisis). Debemos tener presente que, muchos comportamientos no son explicables por la situación actual de una persona sino que, se remontan a distintos sucesos durante su desarrollo; en su familia de origen, a vivencias de sus padres y antepasados más lejanos, aun cuando estos están muertos.
De lo que se trata es de restituir a cada uno en el sistema, respetando su particularidad y su destino, de esta manera todos en la familia encontrarán la fuerza propia.
Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta